La suspensión de los espectáculos generó una profunda angustia en todos los artistas, que extrañaban la carpa, las luces, el sonido y los aplausos del público. La pandemia se vivió en Talcahuano, donde el circo estuvo toda la emergencia con sus instalaciones guardadas en el lugar, donde toda la familia González tuvo que mantenerse.
Mientras tanto, los ensayos de trapecios continuaron, sin carpa y sintiendo el frío y el viento. Desde los Estados Unidos, Jonathan, el primer trapecista del Cirque du Soleil en realizar el cuádruple salto mortal, animaba a sus compañeros a seguir trabajando para llegar reforzados y más fuertes a la reapertura.